24 MARZO 2023

VERDAD Y JUSTICIA, PURO VERSO. Como han “dado vuelta todo” en realidad se festeja el día de “la mentira y la injusticia”, premisas que la élite aplica sin miramientos.

Para empezar por la mentira no olvidar su origen,el “miente,miente” del loco de Ferney, Voltaire. Aplicado abiertamente por el representante de la “verdad vaticana II"

LA MENTIRA MÁS CULPABLE ES LA QUE SURGE DEL VATICANO, SIENDO AMASADA DESDE EL CONCILIO VATICANO II POR LOS SUCESIVOS ANTIPAPAS SIENDO CHEF DEL AMASIJO EL FALSO FRANCISCO I, DESDE LAS PRIMERAS ARENGAS DE SU “PAPADO,” RECORDEMOS “HAGAN LÍO”, “HAGAN LA REVOLUCIÓN”
En Río Janeiro julio 2013 en el 28 JMJ

LLEGAMOS A SU ÚLTIMA MENTIRA CUANDO NO SE DEJABA BESAR EL ANILLO: ¡QUÉ CARADURISMO! ¡CON QUE RAPIDEZ INVENTÓ UNA MENTIRA PARA JUSTIFICARSE ANTE SUS IDIOTIZADOS FIELES! ¡NO SE CONCIBE EN UN VERDADERO PAPA SEMEJANTE FALSÍA, HIPOCRESÍA! ACASO CON TANTOS BESOS, Y SE LOS VE JUGOSOS, NO TIENE MIEDO DE CONTAMINAR Y CONTAMINARSE, YA SEA A BEBÉS, NIÑOS, ADULTOS, HASTA EN LA BOCA!

ACASO¿ NO CONTAGIA O SE CONTAGIA CON LA SALIVA?

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LO MISMO CON LA INJUSTICIA.

LOS EJEMPLOS MÁS ABERRANTES QUE DURAN UNOS 50 AÑOS.

Se oprime al pueblo con amenazas de juicios y cárcel si se intenta defender lo justo; un tema muy al día es “el innombrable” pero que se puede analizar: si se han llegado a ciertas situaciones en épocas lejanas, sabemos que son la consecuencia de guerras provocadas sin ninguna necesidad, salvo la del propio usufructo para una “élite ansiosa de dominación esclavizante; no para provecho de la civilización, de la cultura ni de la mejoría de los pueblos a quienes se obligó a ir al campo de batalla, muriendo como ratas. Desde hace 100 años se nos machacan culpas que no tenemos y debemos sobrevivir con ese yugo al cogote, sin derecho a defendernos.
"En Argentina no existe ninguna condena firme por corrupción y no hay ningún bien de la corrupción que haya sido recuperado".(…) "!Se probó que la secuencia de la corrupción es clara y obscena: comienza con los sobornos a funcionarios para lograr adjudicación de obras. Sigue con sobreprecios de las obras para pagar los sobornos. Y termina con el lavado de los bienes de la corrupción". (La Voz del Interior-3.3.2019 (Esto explica el porqué de tantas obras ejecutadas al mismo tiempo por todos lados. Hay que darse cuenta que no se efectúan para provecho del argentino sino para los bolsillos de los extranjeros que nos gobiernan y que preparan, con nuestro dinero, “las comodidades” de los que vendrán a ocupar nuestro suelo…” digo yo)

GRANDES INJUSTICIAS La no aplicación de la Justicia donde corresponde. El caso de los militares presos de por vida, sin juicio previo y SIN SENTENCIA final. Los ciudadanos argentinos estamos agradecidos a los militares que en la época de la guerrilla salieron a defender al país, del comunismo y a nuestras vidas; TODOS éramos posibles víctimas sin estar involucrados en ningún movimiento civil o político; recuerdo muy bien que en aquellos terribles días salíamos de casa, para cumplir nuestras obligaciones, con el pensamiento, la angustia, si regresaríamos a ella con vida o heridos. Esta masacre iniciada por “jóvenes idealistas” manejados por la mafia extranjera se volvió contra sus propios conciudadanos; argentinos que mataban argentinos porque sí. Con una meta muy sinuosa.

De esta surge otra INJUSTICIA. A los guerrilleros se los indemniza con dos o tres casas o en efectivo. A los que quedaron huérfanos/as, o viudas/os no recibieron ningún apoyo ni para seguir tratamientos psiquiátricos. ¿Porqué esa desigualdad?

Citar mentiras, engaños, difamaciones,etc etc llevaría unos cuanto volúmenes. Valga este mi aporte.

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EN POLÍTICA TODO ES MENTIRA, MENTIRA, MENTIRA.

¡TODOS MIENTEN MENOS YO!

¡MINTAMOS, MINTAMOS. QUE LOS GOYIM TODO NOS CREEN!

AÑO 2019- LLEGAN ELECCIONES

UN NUEVO AÑO PARA ESCUCHAR ENGAÑOS A GRANEL, LLEGARÁN

YA NARICES ANIDADAS

ASÍ QUEDÓ CREADO EL POLÍTICO PINOCHO

TAL CUAL HOY, SANIDAD, EDUCACIÓN Y POLÍTICA PRIVATIZADAS
"AL FINAL UNO NO SABE SI NOS PRIVATIZAN DE LA SANIDAD O
NOS PRIVAN DE LA SANIDAD"

CULTURA-En tiempos actuales se ha tomado como referencia a “Iustitia” para dar origen a la mujer conocida como la “Dama de la Justicia”. Representa de forma simbólica a la justicia, por lo tanto, es empleada dentro de los entes encargados de impartirla a través de las leyes españolas. Lleva una vestimenta muy clásica adoptada de la cultura grecorromana, incluye tres elementos básicos como lo son: balanza, vendaje y espada. A continuación, haremos el análisis de dicha simbología de la justicia.

La espada: Es un símbolo de fuerza y dentro del ámbito judicial engloba todo el poder de coerción para ejercer presión sobre la conducta de las personas y hacer cumplir las leyes, así como decisiones tomadas por los jueces. Involucra atmósfera de autoridad.

Las escalas o balanza: Es un elemento importante cuyo significado recae en la plena identificación con la justicia debido a que las partes en un juicio deben ser iguales, respetando tanto los deberes como derechos propios del ciudadano. Las dos plataformas redondas a la misma altura refieren equidad con la cual un juez debe realizar su labor; lo anterior es necesario para el análisis correcto durante conflictos, es decir, enmarca la existencia de consideraciones objetivas al escuchar cada argumento de individuos enfrentados en un tribunal.

El vendaje: Indica imparcialidad al estar en medio de una resolución de controversias. Estar alejada de pasiones y prejuicios sin dejarse llevar por impresiones emocionales, la idea primordial es alcanzar “verdades objetivas”.
Wikipedia
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LA JUSTICIA- COLEGIO ESCRIBANOS CÓRDOBA

Finalmente la Justicia ya no lleva la venda.

RECIBE CONSEJOS DEL DIABLO

EL DEDO DE UNA MANO INVISIBLE

ÉSTAS SON "SUS VERDADES"-BASILEA 1897

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CARTA VALIENTE DE UNA ABOGADA VALIENTE –

JUEZA: Silvia E. Marcotullio

Con una cierta irreverencia que me permite la edad y con la autoridad moral de haber ejercido la magistratura con honor hasta el castigo de haber sido echada por ello (por decreto, sin jury de enjuiciamiento), y volver al cargo -concurso mediante- después de muchos años, me dirijo a los jueces federales para hacerles algunos reproches, sin otro ánimo que la búsqueda de vuestra rectitud perdida en una significativa cantidad de ustedes.

La Justicia es el último bastión del habitante de una nación para la defensa de sus derechos frente al propio Estado y a los otros individuos; aumenta la dimensión de su importancia en una república como la nuestra donde el Poder Legislativo es parcialmente un aguantadero de pícaros en busca de fueros para no ir presos y el Poder Ejecutivo es débil por diversas razones, tanto en su origen como en las posibilidades de ejercer con plenitud su autoridad. En medio de estas circunstancias extremas que nos toca vivir, el hombre común –que tiene no poca responsabilidad por esta situación por su indiferencia, su ignorancia de la historia y de la política y su falta de participación ciudadana- gira la cabeza para dirigir su mirada a los tribunales.

De tal modo, señores, que -por defecto- el peso del sostenimiento de nuestra República descansa sobre vuestros hombros a causa de la jurisdicción y la competencia que ostentan.

Pero hete aquí que un buen número de ustedes (algunos dicen que constituyen mayoría) no resiste un escrutinio sobre la génesis de su patrimonio, debilidad que les hizo perder la independencia y quedaron sujetos a la presión de cualquiera. Por eso, los que pertenecen a esa mayoría a la cual van dirigidas estas palabras, administran la ley en forma desigual, morosa o apresuradamente -según la conveniencia del momento- y obviamente injusta. Es cierto que los fiscales no les van en zaga, pero son los jueces los que tienen el cuchillo por el mango y, con mala fe -por simpatía ideológica, pago de favores o simplemente cobardía- confiados en aquello de que “el cuchillo no corta a quien lo maneja” pueden producir el más perverso de los daños: el que se hace simulando administrar justicia.

A los hechos me remito: En el fuero penal, que es la vidriera de los tribunales, vuestra indecencia -la de la mayoría- está a la vista de cualquiera que tenga ojos para mirar.

Alguien se tomó el trabajo de enumerar la lista de los vicios de ustedes y contó treinta (Tiempo Militar, Año XXIII, Nº 305 del3/3/2016, pág. 18). Yo no seré tan exhaustiva, me limitaré a hacer un paralelo de algunos que considero suficientemente representativos de la situación. Haré una comparación entre el modo de administrar justicia para los imputados de delitos de lesa humanidad por hechos de la década del 70 con la manera que lo vienen haciendo con la desenfrenada corrupción kirchnerista.

1. El principio de legalidad: Mientras para el llamado terrorismo de Estado la Corte Suprema (con la excepción del vocal Fayt) imaginó una ingeniería jurídica que fundó en la violación del principio de legalidad y de una decena principios penales y procesales más, los inferiores no trepidaron en seguir con una improcedente obediencia debida(seguramente fundada en aquella falta de independencia a que aludí más arriba) que permitió abrir las causas penales treinta y cinco o cuarenta años después. En tanto que para la corrupción del período kirchnerista que viene denunciándose hace muchos años con abundantes hechos imputados, el tratamiento es bien diferente y se mueve con una morosidad sorprendente a pesar de tener entre media y una docena de tipos penales del Código Penal que los están esperando. Estamos hablando de centenares de causas de lento trámite cuando no directamente paradas, altísimos funcionarios implicados y cantidad d jueces comprometidos en esa inacción judicial que no tiene excusas pues, en este caso, tanto el derecho positivo como los principios generales del derecho penal y procesal penal los obliga a la acción; su omisión es una conducta que los hace oscilar entre el encubrimiento y la complicidad por la cantidad de implicados y los numerosísimos hechos denunciados, lo que parece exceder de un simple incumplimiento de sus funciones (de ustedes).- Tan escandaloso luce el tema que hoy, recién hoy, el Sr. presidente de la Corte los ha instado a moverse.

2. La no acumulación de causas: ( Mientras para los presos políticos (así denominados por ser ilegales sus procesos), la no acumulación de causas lleva en algunos casos a una ridícula suma de condenas a prisión perpetua, para los corruptos la dispersión en decenas de sumarios desperdigados en distintos juzgados, viene teniendo un doble efecto beneficioso para ellos: a) facilita la parálisis de los sumarios y los sobreseimientos y b) evita la aplicación del delito de asociación ilícita y, sobre todo, llegar a la cúpula de los presuntos responsables, quedando los escarceos procedimentales para las figuras de segundo o tercer nivel.

3. La prisión preventiva: Para los presos políticos (los PP) no hay límite para permanecer en prisión preventiva (que sí lo hay para el delincuente común), con una cantidad de tiempo privados de su libertad, sin sentencia, de 8, 10 ó 14 años que causan estupor; y además la mayoría no goza de prisión domiciliaria siendo que ambos beneficios, dadas las condiciones legales, son de pleno derecho. Casos paradigmáticos no faltan, como la del anciano de 84 años que estuvo todo el tiempo en su casa a disposición de la justicia y hace poco fueron a detenerlo (el día de su cumpleaños) lo que podría ser sólo por dos razones que no parece presentar el caso: peligro de fuga o destrucción o entorpecimiento de la recolección de prueba En tanto que el criterio con relación a los funcionarios corruptos es inverso: la no acumulación de las causas que menciono en el punto anterior le facilita a cada juez argumentar en la suya (distraído de las otras que andan dando vuelta por los otros juzgados, aunque en realidad el informe sobre esto debería constar en su sumario), que “no advierte” que el individuo pueda burlar la acción de la justicia y así, imputados con numerosos sumarios abiertos desperdigados, son beneficiarios de la permanencia en libertad, cuando por la gravedad y número de hechos deberían estar en prisión preventiva por presumirse razonablemente que intentarán eludir la acción de la justicia (tienen mucho dinero para fugarse) o entorpecer la recolección de pruebas.

4. La autoría mediata en aparatos organizados de poder: En los juicios contra los PP se hizo abuso de la teoría del gran jurista alemán Claus Roxin sobre la responsabilidad penal de los superiores por los hechos de los inferiores, hasta el punto que el espectáculo argentino en la manipulación de su tesis lo obligó a realizar posteriores precisiones sobre el tema. Caso paradigmático fue la muerte del obispo Angelelli donde, sin haberse descubierto nunca si hubo -y en su caso quien fue- un autor inmediato y, por ende, nunca pudo establecerse con certeza si fue doloso, culposo o mero caso fortuito, se resolvió que los autores mediatos debían ser los jefes militares de La Rioja en aquella época por el odio que le tenían a la víctima; y se los condenó a cadena perpetua. Con los corruptos el tema se maneja de otra forma: si bien es cierto que la teoría roxiniana probablemente no sería aplicable en las organizaciones civiles del Estado, también es cierto que sistemáticamente, hasta ahora, la poca actividad judicial siempre se detuvo ante el vértice de la pirámide; maniobra ayudada, claro está, con la dispersión de expedientes a la que aludí más arriba, que dificulta la tipificación de la asociación ilícita cuya cabeza estaría en el pináculo del poder.

Colofón:

El tema de los PP hoy es una tragedia que lleva 349 muertos en cautiverio a los que se les ha adelantado dolosamente el final por las condiciones ignominiosas de detención de gerontes de hasta 94 años de edad, con juicios viciados en su origen por la ilegalidad y sentencias condenatorias sin otras pruebas que testimoniales producidas treinta o cuarenta años después de los sucesos. Los poderes públicos deberán resolver el asunto – otra pesada herencia del kirchnerismo- sin demora, so pena de quedar enredados en algún grado de complicidad de la cual no puede librarlos aquel “dejaremos actuar a la justicia”; sencillamente porque los que la administran, los jueces federales, son parte del problema.

En cuanto a los juicios por corrupción que parece que se avecinan, tengo mis dudas. El asunto es, señores jueces, que cuando se pierde la vergüenza que es el caso de muchos de ustedes, es difícil recuperarla.

Cuando en estos días se los ve tan activos en los procesos a los corruptos que tuvieron paralizados o semiparalizados por años, hay que discernir si fueron tocados por el Espíritu Santo o simplemente se mueven al socaire de los nuevos vientos lo que tampoco sería recto.

Como católica, obligada a cultivar la virtud de la esperanza, prefiero creer lo primero. Así sea.

Silvia E. Marcotullio

Jueza de Cámara jubilada
14 de abril de 2016

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LA COMUNIDAD CONFUNDIDA - …Muerte en la Escuela

ida”, “Justicia”, “Paz”, “Contención”, “Derechos humanos”, …falta de sentido de la vida, suicidios, comunidad internacional, Rock pesado, boliches, violencia... y se podrían agregar muchos términos más que están en boca de mucha gente confundida con un acontecimiento tan lamentable como sentido por una comunidad pequeña como Patagones y Viedma. Sin embargo es poco lo que se aclara o se explica, o se entiende.

Peor aun, la confusión aumenta si se hace oídos a lo que manifiestan los medios de difusión con sus teorías propias extraídas de filósofos o psiquiatras o psicólogos modernos, cuando no de opiniones personales carentes totalmente de formación académica, y casi siempre tergiversadas por experiencias propias que nada tienen que ver con nuestro país, nuestra idiosincrasia y menos con la realidad que vivimos desde hace treinta, cuarenta o más años.

Sin embargo no es difícil comprender lo que ha ocurrido si lo analizamos desde un punto de vista honesto, reflexivo y asociado a la verdad que mucha gente se niega a aceptar.

No es cuestión de buscar culpas ajenas, pero sí de asumir las nuestras.

Desde hace ya muchos años se viene aceptando como premisa principal la culpabilidad de los gobiernos militares como autores de todo el deterioro y decadencia, no solo moral y económica de nuestra patria, sino también como violadores de cuanto derecho humano existiere en la sociedad.

Y que la Democracia funciona como si fuere un ente que por sí mismo solucionaría todos los problemas.

Nada de eso es cierto, existió tanta democracia entonces, como ahora.

Tuvimos tanta libertad con gobiernos de facto como con los constitucionales, salvo desde ya, cuando los ideólogos o políticos, que en un contexto internacional querían imponer en nuestro país ideas ajenas, como el comunismo en su momento de mayor expansión en casi todos los países, se enfrentaron con nuestras fuerzas armadas.

Después de esa guerra, quedó sembrada la semilla del Neocomunismo y del Neoliberalismo que se convirtieron en las armas letales de nuestra civilización.

Ambos adoptaron parámetros comunes: la explotación del pueblo vía su trabajo o su moral.
Los dos se contraponen en sus métodos y aparentan luchar entre sí, pero manejados por intereses espurios e inconfesados de indudable proyección mundial, han logrado la destrucción de todos los principios éticos y estéticos de los seres humanos, su religiosidad, su cultura, su educación y lo que es más grave, el principio fundamental de la sociedad: la familia, con todas sus propiedades de orden moral, social o religioso.

La pérdida del principio de autoridad surgido como venganza contra los militares, y respondiendo a un extraño llamado de los “derechos humanos”, en la década de l980, se propagó rápidamente a todas las instituciones del orden público: policía y fuerzas armadas; a las de enseñanza: métodos educativos en las universidades y escuelas: permisividad, facilismo, igualdad hacia los menos aptos, relajamiento de la disciplina. En el hogar: la pretendida igualdad de hombre y mujer, patria potestad para ambos; en la sociedad: comunas divididas en juntas vecinales para esquivar responsabilidades, apertura indiscriminada a las radios FM y emisoras televisivas sin control de ningún tipo ni especialización en la materia, burocracia cada vez mayor en los organismos públicos.

En lo religioso: comunidades de base, ecumenismo, tercermundismo en la Iglesia Católica, proliferación de credos y sectas de toda índole, y en fin, múltiples males que se dispersaron al amparo de leyes, ordenanzas y mal llamados códigos de convivencia, y que fueron condicionando el comportamiento social hacia el desastre final acontecido con la ley de divorcio.

Ese fue uno de los últimos pasos en la destrucción inteligentemente planeada de la base moral más importante: la familia.

Sin autoridad de ningún tipo y desaparecida la célula natural y religiosamente básica de cualquier comunidad organizada, comenzó a manifestarse en los niños y jóvenes una desorientación cercana a la desesperación por encontrar amor o apoyo, en un entorno en donde los padres eluden su responsabilidad cambiando de pareja como cualquier animal irracional.

Sin una escuela que los guiara al menos a asumir compromisos, terminando muchos de ellos en la droga, alcoholismo, violencia y sobretodo en una falta absoluta de visión de un futuro alentador.

Ignorando todas estas verdades, se busca explicar con múltiples argumentos lo sucedido en Patagones.

Por doquier salen a la palestra los filósofos, los sabios periodistas, los psiquiatras, los psicólogos, los asistentes sociales y los grandes pensadores de turno, para inculpar tanto al victimario como a las víctimas.

Pero ninguno asume su responsabilidad como ser humano.

Nadie pretende sacar a los niños y jóvenes de la suciedad a la que han sido arrojados.

En el hogar, sin control sobre si lo que aprenden es bueno o malo, o lo que escuchan, o si se forman en las buenas costumbres, o si quedan solos.

La palabra mágica, también en la escuela, es permisividad. Todo está bien, el pobre niño se tiene que manejar solo, afrontar solo, un mundo desconocido adonde debe ir sin que nadie le informe de lo que está bien o mal, ni que camino seguir, ni a que padre o madre acudir cuando tiene varios, o a qué abuelos, o tíos o persona mayor que lo atienda y que lo entienda.

Finalmente, solo, va acercándose, como cordero inocente, al matadero: a los malos amigos, a las malas lecturas, al boliche, a la droga, al sexo a cualquier edad (el Estado lo ayuda para eso, la televisión también), y la sociedad actual lo incita, en medio de una pobreza, no solo económica, sino principalmente espiritual, a seguir los malos ejemplos de esta decadencia brutal de nuestra época.

En el caso que nos ocupa, no solo se ha reflejado todo esto, que viene ocurriendo desde décadas atrás, sino que también se pone como referencia, para juzgar al acusado, y lo ha hecho la juez de la causa, el comportamiento de sus compañeros: ¿Estos compañeros eran el ejemplo a seguir?, ¿la excepción a la regla?. ¿No son de los que amanecen en los boliches todos los fines de semana con riñas, drogados, alcoholizados varones y mujeres?. ¿O los que tirados en la costanera desparraman los envases vacíos de cerveza y otras porquerías por todos lados?, ¿o de las niñas que en grupos acosan a los muchachos a tener sexo?, ¿o de los que atracan a mano armada o roban en cuanta oportunidad se les presenta?. ¿ O no es esa la realidad?

Todos los medios de difusión lo muestran todos los días. Además, los medios, se regodean en sus comentarios con el sexo libre, intercambian relatos jocosos y obscenos, aceptan con la mayor naturalidad lo más antinatural que existe: la homosexualidad, son protagonistas los mismos gays o lesbianas o prostitutas, o drogadictos en los programas cotidianos de televisión, radio y prensa.

¿No es ese el veneno cotidiano que afecta las mentes de tantos niños y adolescentes y a la población entera?. ¿Esos señores y esas señoras, no tienen hijos?. ¿Saben el daño que les hacen?. ¿No han sido éstas las crónicas policiales de tantos años, también la de los suicidios, en Viedma y Patagones?.

¿Qué otra explicación se pretende encontrar a este penoso suceso? ¿Esto es la libertad? ¿De qué libertad se habla? ¿Y si esto es libertad, para qué la queremos?. ¿Para vivir mal y cada vez peor? Son inacabables los interrogantes, así como interminables los argumentos. El mundo se niega a aceptar lo que es más evidente. Digamos, lo único evidente,

que ha perdido a DIOS,

y no sabe o no quiere encontrarlo.

Roberto Oscar Robles, Octubre de 2004

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