martes, 11 de junio de 2019

MONSEÑOR PABLO CABRERA Y ESPAÑA


Mural en la Catedral De la ciudad de Tucumán; alegroría al trabajo conjunto de
civil y del clero en la Conquista.



20 de mayo de 1930


CONFERENCIA PRONUNCIADA POR MONS. PABLO CABRERA
EL DÍA DE LA RAZA EL 12 OCTUBRE DE 1900
                                   EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA-
     Todas las empresas descubridoras de mundos llevadas a cabo por españoles y portugueses a fines del S.XV y primer tercio del siguiente, fueron realizadas señores, bajo la inspiración de la Fe. El móvil supremo de las mismas no fue otro, en efecto, que dilatar el Imperio de Jesucristo y hacer que mayor número de almas participara de los beneficios de la Cruz.
  Vasco de Gama, inmortalizado por Cámoens, Alburquerque, Magallanes, Elcano, Figueira, Correa, todos a una, obedecieron a aquel impulso.
   “Alguien ha dicho, -escribe Luis Veuillot,- que  los grandes hombres de la edad heroica de Portugal, no pudiendo ensanchar las frontera territoriales de su país, le dieron el Océano. Pero el ideal que persiguieron fue no obstante, más religioso que político. Terminada, en efecto, en aquel teatro, la cruzada cristiana, deseaban proseguirla en el mundo y extender hasta los últimos confines del orbe, el Imperio de Jesucristo. Tal fue EL OBJETIVO PRINCIPAL en los grandes viajes marítimos de los siglos XV y XVI… Anhelábase ante todo glorificar al Cristianismo y humillar la Media Luna que continuaba siendo hasta entonces para Europa, un gran peligro. No se descuidaba, por cierto, las ventajas de orden comercial, los intereses de linaje económico; -pero la fé y la gloria constituían sin embargo el móvil principal. Y porque aquel hecho fue admirablemente religioso, fue también no menos admirablemente político”.
   Por lo que respecta a España, basta mencionar a Colón, cuya empresa excedió a todas, bajo todo respecto: así en sus móviles como en su ejecución y resultados.
   El descubrimiento de América constituye, a juicio de León XIII, el más grande y el más hermoso hecho realizado por el género humano, o como se expresa el viejo cronista de Indias. -López de Gomara-  su mejor cosa, después de la creación del mundo, sacando la encarnación, y muerte del que lo creó.
     He ahí porque su autor ocupa un sitio aparte en la serie de los inmortales. Su nombre ya de por sí expresa sus destinos: CRISTÓFORO, Christumferens, portador de Cristo a través de nuevos mares y de nuevas tierras.!...
   “No es, -agrega el Pontífice citado,- no es que Colón no tuviera el legítimo deseo de merecer bien de la sociedad humana, ni que menospreciase la gloria cuyo aguijón muerde de ordinario más hondamente en las grandes almas, ni que, en fin, desdeñara enteramente las ventajas personales que pudiera proporcionarle su obra; pero sobre todas estas consideraciones humanas estaba la religión de sus mayores que le inspiró el pensamiento y la valentía de la ejecución, dándole perseverancia y consuelo en medio de las mayores dificultades.
  Es este, pues, el rasgo culminante, característico, de la empresa colombina. Aquí sucede verdaderamente que el autor explica su obra y que este retrata al primero con fidelidad admirable.
   Porque en efecto, bajo cualquier punto de vista que se considere el Descubrimiento de América, -en su concepción, en su aparejamiento, en su ejecución, la fe interviene en el mismo como su factor principal: ella lo inspira, lo desenvuelve, lo sostiene, lo fortifica y lo consagra en el alma del Marino.
   Formula Colón su proyecto ante sabios y ante reyes, y es declarado loco, sólo dos frailes le comprenden, Antonio de Marchena y Diego de Deza, -como son igualmente dos frailes los que le tienden la mano y le dan hospedaje en sus celdas, cuando todos vuelven al ilustre mendigo la espalda y le deniegan un óbolo:-franciscano el uno; mercedario , el otro: Fray Juan Pérez, en la Rávida, Fray Jorge de Sevilla, en Jérez de la Frontera. El ejemplo de éstos es imitado lego por los grandes: primero por Quintanilla y por Medinaceli, en seguida, y más tarde por el tercer Rey de España, como llamaban al Cardenal Mendoza los hombres de su tiempo, -el cual acogiendo favorablemente al visionario, dále acceso ante la Corte. Al influjo de Mendoza viene a asociarse en seguida, el testimonio técnico, autorizado de los frailes de Salamanca y de Valcuebo, que aseguran ser posible lo que la Junta de Córdoba había declarado irrealizable y “de toda repulsa digno”.
   Y ahí tenéis al gran Marino exponiendo su empresa ante los Reyes. “Fernando declina el asunto; igual hace Talavera; instan los amgos de Colón, e Isabel vacila. Pero el genovés pinta al vivo la riqueza y hermosura de las opulentas ciudades del Oriente de Asia que soñó Marco Polo; -ofrécese a conquistarlas navegando al Occidente,y a hacer a sus moradores súbitos de la corona de España en lo temporal y de la Cruz en lo espiritual, añadiendo, como por vía de corolario, que los pingues productos de Catay y de Cipango servirían para rescatar el Santo Sepulcro del poder de la Media Luna. Consúltase de nuevo al Rey; pero Fernando tenía poco de poeta y mucho de positivista; dejó, pues, el asunto a su esposa”
   En presencia de estas vacilaciones y demoras, Colón abandona la corte, con ánimo de alejarse también de los dominios de España, para ir a demandar apoyo en otra parte; pero le detiene el Guardián de la Rávida y le obliga a retornar ante los Reyes… ¡Y es que la Providencia había escogido al pueblo hispano, verdadero soldado de la Cruz, a la sazón, y baluarte inexpugnable de la libertad cristiana, para que bajo sus pendones inmortales se llevase a cabo el descubrimiento de América!
   Torna, pues Colón a presentarse ante la Corte, expone de nuevo su pensamiento y reclama protección. Instan con mayor vehemencia sus partidarios y amigos, en especial Santángel y Cabrero, y también ¡cómo no recordarlo! la Marquesa de Moya, doña Beatriz de Bobadilla. Isabel la Católica está resuelta a que España se haga cargo, a toda costa de la empresa del Marino. Se le objeta que el Erario del Reino se halla exhausto. Pero ella en un arrebato indescriptible de generosidad sin igual y heróica fe, despojándose de sus joyas, arroja en el seno de la inmortalidad estas palabras que un poeta ha traducido así:
   “He aquí Colón, mis joyas, naves éllas.
     Aladas ya te den
     Que yo con lirios y violetas bellas
     Adornaré mi sien”. . . .
  La ejecución del proyecto colombino reviste, señores, aún en sus menores detalles, el aparato de la fe. Todo en el Almirante –sus dichos, sus obras,- pregona con evidencia que la religión es el alma de su empresa.
   Dase a la vela, invocando a la Santísima Trinidad. La nave tripulada por él, lleva un nombre sacratísimo: se llama la Santa María. En lo alto de los mástiles flamea con la enseña de Castilla, el estandarte de la Cruz. Descubre la primera tierra y con solemnidad religiosa se posesiona de ella, EN NOMBRE DE JESUCRISTO Y POR LOS REYES DE LEÓN Y DE CASTILLA. Trueca el nombre de la misma por el de la Isla de San Salvador. Proseguirá sus exploraciones, y cuando trace su carta geográfica, hallareis como el descubridor ha vaciado en ella, en cierto modo, todo el Calendario Cristiano.
    Son hermosas a este respecto las palabras de León XIII, “Cuando pone el pié en alguna playa, -doce- no piensa más que en plantar en la orilla la Santa Cruz. Él es el primero que pronuncia en las islas nuevas el nombre divino del Redentor, que tantas veces había cantado en alta voz con el acompañamiento del murmullo de las olas; y por eso al edificar en la Española, empieza por construir una iglesia, haciendo de las ceremonias sagradas el preludio de las fiestas populares.
  Realizado el descubrimiento, Colón hubiera deseado ir inmediatamente a Roma, para hacer la relación del gran suceso al Vicario de Jesucristo e implorar del mismo la bendición apostólica. Y aunque por motivos insalvables, no pudo llenar personalmente este deseo, lo satisfizo sin embargo de otro modo, dirigiendo al Papa una hermosísima carta.
 Basta la simple lectura de uno de sus párrafos, para que se vea cómo la empresa de Colón revestía hasta cierto punto, los caracteres todos del apostolado cristiano.
   “Ahora, Beatissime Pater, suplico a Vuestra Santidad que, por mi consolación y por otros respetos que tocan a esta santa e noble empresa, que me dé ayuda de algunos sacerdotes y religiosos… los cuales negocien  a donde quier que fuere menester en esta santa empresa, porque yo espero en Nuestro Señor de divulgar su Santo Nombre y Evangelio en el Universo.”
    Este carácter más religioso que político, de su empresa lo refleja igualmente Colón en sus cartas a los Reyes Católicos. “La Trinidad movió a vuestras Altezas a esta empresa de las Indias, -les dice,-  y por su infinita bondad hizo a mí mensajero de ello;… Yo sabía cuánto servicio se podía hacer a Nuestro Señor en esto, en divulgar su Santo Nombre y fe a tantos pueblos.”
   Y termina –“ Plega a Nuestro Señor de dar mucha vida y salud y descanso a vuestras Altezas para que puedan proseguir esta tan noble empresa, en la cual me parece que España crece de mucha grandeza, y todos los cristianos mucha consolación y placer, porque aquí se divulgará el nombre de Nuestro Señor…”
   Escribe igualmente a sus amigos y protectores insignes, comunicándoles la feliz nueva del hallazgo de las Indias; y lo hace en términos que revelan a lo vivo toda la piedad de su alma y que su regocijo es tanto mayor cuanto por aquel auspicioso suceso sería el Evangelio pregonado a otras naciones.
   Su carta a Gabriel Sánchez es un ditirambo al descubrimiento y un himno a las futuras conquistas de la civilización de la fe. “¡Celébrense procesiones, -exclama:- háganse fiestas solemnes; llénense los templos de ramos y flores; gócese Cristo en la tierra, cual se regocija en los cielos, al ver la salvación de tantos pueblos entregados hasta ahora a la perdición. Regocijémonos, -así por la exaltación de nuestra fe como por el aumento de bienes temporales, de los que no sólo habrá de participar la España, sino toda la cristiandad.
    Es digno de notarse, señores, como Colón se adelantó también a sus contemporáneos, a las proyecciones colosales del descubrimiento de América; -pues con un solo golpe de vista, los abarca a todos, en toda la plenitud de su grandeza. Su clarividencia nos sorprende y hace que saludemos en la persona del descubridor, no solo al ardoroso creyente, al sabio cosmógrafo, al marino audaz y afortunado, sino también al hábil político, al sociólogo profundo.
    Oigamos sobre la materia a un publicista español:
   “Con la gloriosa conquista de Granada, último baluarte de los musulmanes en la Península, había terminado la lucha sostenida por espacio de ocho siglos: recobraba la nación su quebrantada unidad, y habiendo concentrado sus fuerzas y aumentado sus recursos, se encontraba en disposición de acometer mayores empresas. Antes no hubiera podido España lanzar a través de los mares aquella masa de hombres de guerra, de religiosos, de agricultores e industriales, que era absolutamente necesaria para la colonización de los nuevos países; después, tal vez las necesidades de la política, y de las extensas miras de preponderancia, que fueron consecuencia del levantado pensamiento de los reyes católicos, hubieran llamado todas las fuerzas y recursos de la nación a Italia en primer término y después a Flandes, a Francia o a la guerra con los trucos, y hubieran sido inútiles los esfuerzos para llevar el contingente oportuno al otro lado de los mares.
    Y sin con respecto a España la Providencia señaló el momento más feliz para aquel suceso, quizá la Europa le debió mayores ventajas por las desastrosas consecuencias que los descubrimientos evitaron. Con sobrada razón ha dicho un escritor argentino, -don Vicente Fidel López-  que “si Méjico y el Perú no hubieran echado sus tesoros inagotables en el movimiento militar y económico de ese tiempo, la balanza de los destinos humanos se hubiera cambiado, y la Europa hubiera sido subyugada por los sectarios de Mahoma.”
   Por otra parte, aquel suceso, contribuyó a dar nueva faz y carácter determinado a la edad moderna. “Los viajes de Colón, prosigue el escritor citado, -fueron base para el conocimiento exacto  completo de nuestro planeta, y la exploración del continente colombiano proporcionó el estudio de todas las razas que pueblan el mundo; la órbita de acción del hombre se ensanchó, traspasando los antiguos límites; las ciencias cobraron nueva vida ante las cuestiones de todo género que despertó el descubrimiento del nuevo hemisferio, y la esfera de actividad de la inteligencia humana encontró ancho campo para sus trabajos, que vinieron a reflejarse en la vida de todas las naciones de Europa, cambiando su faz, tanto en el terreno económico como en el político.
    “Cuatro siglos han pasado y todavía se sienten en el antiguo mundo los resultados de su contacto con el hemisferio Occidental. Y el movimiento de la civilización, el progreso humano, siguen su marcha, restableciéndose la armonía necesaria entre las naciones de ambos continentes. El mundo antiguo llevó los adelantos de su civilización al mundo de Cristóbal Colón; y éste a su vez, entra con verdadero ardor en la contienda, y en las ciencias, y en las artes, en comercio y letras como en industrias, ofrece maravillosos resultados de que se aprovecha la humanidad.
   Hé ahí, pues, señores, la obra de Colón en orden a sus consecuencias de carácter material, social y político: -las de linaje moral, más trascendentales aún, se concentran, como en hermosa síntesis, en estas célebres palabras de Calcaño: ”Cristóbal Colón dio la Civilización de la Cuz a un hemisferio, y un hemisferio a la Civilización de la Cruz.
   He ahí porqué el Descubrimiento de América –después de la divina epopeya del Calvario, constituye el más grande suceso de la historia, y el audaz marino a quien cupo en suerte llevarlo a cabo el más grande de los inmortales.
     El Descubrimiento cuyo aniversario celebramos hoy, constituye, pues, el más esplendoroso triunfo de la fe y la obra más excelsa  realizada a través de los siglos, por el genio del hombre!
      HE DICHO.                    
                                                                                     Monseñor Dr. Pablo Cabrera Mercado
                                                                    Los Principios-Argentina-Córdoba 12 octubre de 1900

….HACE 522  AÑOS…
En las carabelas de Colón todos los días, al amanecer,
sus 96 intrépidos navegantes recitaban esta Plegaria :

Bendita sea la luz
Y la Santa Veracruz
Y el Señor de la Verdad
Y la Santa Trinidad.

Bendita sea el alba
Y el Señor que nos la manda
Bendito sea el día
Y el Señor que nos lo envía.

                                           Anónimo

PRIMER RAYO DE CRISTIANISMO EN EL TUCUMÁN



ABRIL DE 1923


1492       5º Centenario    1992
de  la
FE  CATÓLICA  EN  AMÉRICA

Sobre tierras y mares
vino la luz de Cristo
y al frente de los pueblos
relumbró el Crucifijo
.
Toda la cruz en todos
los pueblos de ésta América
y la dulce mirada
de la Virgen Morena.

Va para cinco siglos
de sol, luna y estrellas
con la voz del Señor
sembrando en tierra nueva.

Va para cinco siglos
que la luz fue implantada
Y firme permanece
en tierra americana.

                                                                                       Anónimo







ESTE ES EL LIBRO QUE REÚNE EL LABORIOSO TRABAJO DE MONSEÑOR
PARA REBATIR LAS MENTIRAS "FABRICADAS" POR LOS ENEMIGOS DE LA IGLESIA.







EN PRIMER LUGAR DEMOSTRAR LAS DIFAMACIONES
DE "HISTORIADORES" COMO ALVAREZ
CULTURA Y BENEFICENCIA DURANTE LA COLONIA-T I
RESALTA EL MOTIVO POR EL CUAL MONS.CABRERA SE DEDICÓ A LA HISTORIA.
 TABAJOS HISTÓRICOS-ETNOGRÁFICOS
EDITORIAL LOS PRINCIPIOS- 20,21,22,AGOSTO 1911
                               JUICIOS DE SABIOS DE ENTONCES:
JUICIO DEL OBISPO BAZÁN Y BUSTOS

JUICIO SAMUEL A. LAFONE QUEVEDO
JUICIO P.adre MOISÉS DÁVILA-
SUPERIOR COMPAÑIA DE JESÚS
Añadir leyenda
Ing.B. OLAECHEA Y ALCORTA
JUICIO- JUAN B. AMBROSETTI
JUICIO-SALVADOR DE BENEDETTI.
JUICIO PROFESOR  AMBROSETTI
RESALTAR NO HAY VUELTA ....
JUICIO "RENOVACIÓN"  Juventud Radical.
sept.1925-  Se trata del 2° tomo. El 1° es de 1911.
TRIBUNA- Córdoba-23 junio 1928

HISTORIADOR QUE MÁS HIZO PARA DEMOSTRAR TODAS LAS MENTIRAS: 
DEL P..LAS CASAS Y DE LA MASONERÍA SOBRE
LA LEYENDA NEGRA
                              "BUSCÓ LA VERDAD Y LA MANIFESTÓ SIN RETICENCIAS
                               Y SIN OCULTACIONES. ERA ESE EL MEJOR SERVICIO QUE
                               SE PODÍA PRESTAR A ESPAÑA, DISIPAR LA LEYENDA NEGRA
                               Y EL QUE LE HIZO  MONSEÑOR PABLO CABRERA MERCADO"








EL PUEBLO  14.4.1930
“Los Aborígenes del País de Cuyo” por T. Belarmino Olguín
    Especial para El Pueblo    Mercedes (San Luis) abril 1933

Gracias a la gentileza  de un sacerdote amigo, de uno de esos que hacen honor, no solamente al sagrado ministerio a que están consagrados, sino también a la cultura argentina, fray Reginaldo Retamar, hace algún tiempo llegó a mis manos un ejemplar de la valiosa obra que lleva por título “Los aborígenes del país de Cuyo”  del cual es autor el distinguido historiador Monseñor Cabrera. 
Y siendo que soy amigo de los buenos libros, debo declarar que pocas veces en mi vida he sentido tan grande satisfacción como la experimentada al obtener el libro del ilustre escritor de la docta Córdoba. No dudo que personas autorizadas por su competencia habrán analizado ya con la detenciòn que se merece, la mencionada obra, es decir, en su valor històrico y científico. Yo no abrigo, ni podrìa abrigar, la pretensión de entrar en ese difícil terreno; pero al menos quiero trazar estas líneas que tienen por objeto rendir un tributo de admiración y de aplauso respetuoso y justiciero que se le debe por el precitado libro, al talentoso historiógrafo que con frecuencia viene enriqueciendo las letras argentinas. 
Llama en realidad la atención el hecho de que Mons. Cabrera haya pasado largos años entregado a una intensa y proficua labor intelectual, contribuyendo en forma bien destacada a la cultura del país, sin descuidar por ello la sagrada misión de apóstol de nuestra santa religión. Son dos méritos indiscutibles que honran en alto grado al autor de “Los aborígenes”.
Nueve capítulos contiene este interesante libro todos ellos a cual más valioso, considerados bajo sus aspectos histórico, lingüístico y etnográfico en cuyas ciencias Monseñor Cabrera tiene bien acreditado el título de sabio. El estudio profundo que ha realizado del lenguaje de varias de las razas primitivas pobladoras de nuestro país como así, de sus costumbres y relaciones entre sí, enriquecido  con los curiosos y abundantes datos, confirma plenamente lo que dejo dicho. A través de las páginas de ese libro se distingue fácilmente la personalidad de un consumado estudioso, de un investigador minuciosos e infatigable que, con su labor intelectual desarrollada a través de largos años ha sabido dar el más rotundo desmentido a los petulantes del liberalismo y socialismo que se atreven de tachar de “retrógrado” al clero, afirmando que éste es el causante de la ignorancia del pueblo.
Por mi parte yo creo que aquellos funestos enemigos del orden social, aquellos que en nombre de los progresos modernos, pretenden derribar el grandioso edificio de nuestras gloriosas tradiciones, no saben lo que dicen; ya quisieran ellos contar en sus filas “retrógrados” de calidad del autor de “Los aborígenes del país de Cuyo”.
Pero hay una razón más especial que me induce a escribir estas sencillas frases. Es la circunstancia de que Mons. Cabrera, en la obra a que me refiero, ha dedicado uno de sus capítulos a la provincia de San Luis, capítulo que indudablemente ha de prestar importantísimos servicios a nuestros hombres de estudio que hayan logrado, o que lograren más tarde conocer el interesante libro de que me ocupo. Cuántos valiosos datos ha consignado el valioso escritor, relativos a nuestra provincia, que merecen ser aprovechados! 
Refiriéndome exclusivamente a la parte histórica del mencionado capítulo, veo que hay en él un punto que mucho debe interesarnos a los puntanos, si se considera la trascendencia que el asunto puede llegar a tener a medida que sea estudiado. Veo que Mons. Cabrera coincide con otro de nuestros inteligentes investigadores, fray Saldaña Retamar, en lo que respecta a la fundaciòn de la ciudad capital de nuestra provincia, es decir en cuanto a la fecha y al verdadero fundador de la misma. A mi juicio, ambos han demostrado en forma indubitable, con acopio de datos y pruebas irrecusables que San Luis no fue fundada en 1596 por don Martín Oñez de Loyola como está consignado en los diversos textos de enseñanza, sino que lo fue por el general don Luis Jofré en el año 1594. 
He ahí un punto que por su alto significado tendrá que preocupar la atenciòn de los estudiosos, especialmente de los hombres que, como los dos distinguidos escritores nomás, se han consagrado al estudio de la historia de nuestro país. 
Por lo demás es indudable que Mons. Cabrera con su libro ha aportado un valioso elemento a la instrucción pública argentina, y a los puntanos, por la parte que nos toca, le debemos gratitud y merecido homenaje. 



°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°

                                      MIEMBRO DE SOCIEDADES AMERICANISTAS
                                                                ALEMANIA - HAMBURGO


25 DE JULIO DE 1920
°°°°°°°°°
                                                                       FRANCIA- PARIS- 1927




VIRREY SOBREMONTE - SU REHABILITACIÓN


IT.188- NI LOS CORDOBESES NI LOS TURISTAS HAN PODIDO
DETENERSE ANTE SU ESTATUA PORQUE LOS DIFAMADORES
SE HAN OCUPADO QUE NO SE LE ERIGIERA, PERO LO LLEVAMOS
EN EL CORAZÓN,.. COMO A TANTOS OTROS...

DOMINACIÓN ESPAÑOLA - SU ACCIÓN

SU VOCACIÓN POR LA HISTORIA
"FUE SU FE LA QUE LO LLEVÓ A LA HISTORIA. SU RELIGIOSIDAD  ARDIENTE
LO HIZO BUSCAR EN LOS EVANGELIZADORES DE LA COLONIA Y EN LOS FRAILES DE
LAS ASAMBLEAS PATRIAS EL SENTIDO RELIGIOSO DE LA CONQUISTA Y LA COLABO-
RACIÓN ECLESIÁSTICA EN LA INDEPENDENCIA Y EN LAS GLORIAS CIVILES".

CÍRCULO ESPAÑOL DE CÓRDOBA



"ENSAYO HISTÓRICO SOBRE LA
FUNDACIÓN DE CÓRDOBA". TRABAJO
QUE LOE VALIÓ EL PRIMER PREMIO DE
LOS JUEGOS FLORES DE 1919

SOCIEDAD ESPAÑOLA
8.9.1923


Academia Nacional de Ciencias
En su sesión del 8 del corriente, que presidió el doctor Adolfo Doering, esta corporación  científica acordó designar miembros honorarios a los señores docto Joaquín V. González y Carlos Guido y Spano, miembro activo al doctor R. Lehmann Nitsche, y miembros titulares a los señores Martín Gil, doctor Pablo Cabrera, Fray Zenón Bustos, doctor Ramón J. Cárcano, doctor Félix Garzón Maceda, doctor Virgilio Ducceschi, doctor Juan M. Garro, doctor José del Viso, Leopoldo Lugones, doctor Arturo M. Bas. (designados el 2 de agosto de 1915)

                                                BOLIVIA- MUSEO PÚBLICO MUNICIPAL
COCHABAMBA -5 DICIEMBRE |192 ...

El profesor francés Raymond Ronze de París en 1923 visitó a Mons. Cabrera en su apacible rincón
en la calle 24 de septiembre y luego publicó en El Fígaro (París) el 6 de marzo de 1924 un artículo
sobre el sacerdote y su importante colección colonial- Furlong publica la carta,p42. Ronze se refiere
al  sabio Cabrera.
                                                                  
-SOCIEDAD SARMIENTO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS DE TUCUMÁN LO DESIGNÓ MIEMBRO CORRESPONDIENTE NACIONAL CON ASIENTO EN CÓRDOBA.(18 OCTUBRE 1934).
-SOCIEDAD CIENTÍFICO ARGENTINA LO ELIGE SOCIO ACTIVO. (10.7.1934)
- JUNTA DE ESTUDIOS HISTÓRICOS DE MENDOZA LO DESIGNA MIEMBRO CORRESPONDIENTE. (4.7.1935).
MIEMBRO TITULAR DE LA ACAD DE CIENCIAS


MIEMBRO DE LA ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS
LISTA NOMINACIONES DEL MISMO

En Chile también fue nombrado Miembro de la Academia pero en este momento
no tengo los documentos.
ALEMANIA
LOS PRINCIPIOS 2.11.1933 "EL OBSERVADOR DE BADEN" Alemania.


PERÚ
JUICIO SOBRE "CÓRDOBA DEL TUCUMÁN PREHISPÁNICA Y PROTOHISTÓRICA",
FIRMADO POR  JOSÉ M. VÉLEZ PICASSO DE PERÚ


HOMENAJE DEL CÍRCULO SOCIAL DE INTELECTUALES DE ARGENTINA

DE UNA ENTREVISTA...
Nos muestra un retrato de Primo de Rivera, con dedicatoria. Nos cuenta que el político español se lo envió como agradecimiento por un trabajo genealógico hecho del marqués de Sobremonte, pariente de Primo de Rivera. Al poco tiempo de esto caía el dictador español: Alfonso XIII le envió también una condecoración de Caballero de la Orden de Isabel la Católica pocos meses antes de ser destronado. Ambos reconocieron a nuestro historiador como a uno de los más destacados de Sud América. Una entrevista. 

   Cinco meses antes de su muerte, cuando aún estaba en posesión de sus facultades, monseñor Cabrera trabajaba con el entusiasmo de sus mejores años. Porque para él no había más reposo que el trabajo mismo, al que se aplicaba con alegría y tenacidad contagiosas. Vivía sumergido en el pasado colonial, de donde regresaba todos los días con nuevas noticias. Tanto era así que, por lo general, al despertar, por la mañana, había en su mesa de luz una cantidad de hojas manuscritas, redactadas en una especie de transmigración nocturna a las edades remotas. Su vocación por la historia era una pura vocación por el pasado y por ello su obra cae con frecuencia en apologética. (de los Jesuitas; del Obispo Victoria; de Jerónimo Luis de Cabrera; de Sobremonte, etc.) Ninguna “concepción de la historia” turbó sus investigaciones. Para él, historiar equivalía a recordar y a deducir de allí la justificación de lo justificable en el pasado. Por eso, si se limpian sus páginas de toda retórica, queda un fondo de positividad, pues contienen siempre documentación de buena ley, con frecuencia de primera mano, extraída de los archivos locales, que conocía admirablemente. ----------------
  En esta determinación documental del pasado histórico Cabrera fue un maestro y un trabajador infatigable y minucioso, Así descubrió las ciencias auxiliares de que se valió para robustecer su historia: la toponimia y la etnografía. De la primera nos ha dejado en sus diversas obras pruebas convincentes de su profundo saber, especialmente en la Onomástica indiana del Tucumán (1930), compilación de veinte años de trabajo documental, cuya penosa elaboración no se imagina quien la consulta. En Los Aborígenes del País de Cuyo (1929) despliega también, su gran saber de toponimista y etnógrafo, con una seguridad y riqueza que solo se encuentra en las obras de Lafone Quevedo a quien siempre recordó con veneración. Anticipo de estos trabajos de madurez fueron Los Lules (1910), monografía publicada en su juventud. En Córdoba de la Nueva Andalucía (1917-1933), se ve asomar al maestro que escribe historia provisto de las ciencias auxiliares y con una documentación ingente. Los Universitarios de Córdoba (1916), nos transporta a una época más próxima en la biografía de algunos próceres que salieron de las aulas de San Carlos. Cultura y Beneficencia durante la Colonia (1911-1929) es una apología de la época así llamada, y en especial de los jesuitas, de quienes se ocupa preferentemente en el segundo tomo. También hace allí referencia a la influencia de Sobremonte, a quien debió defender más tarde de los ataques de García Lloydi y otros enemigos del marqués. En Tríptico histórico (1926), traza la historia de Alta Gracia y narra episodios de la administración jesuítica. Numerosas monografías fueron agrupadas con los títulos genéricos de Tiempos y Campos históricos (1927-1930) y Misceláneas (1930-1931) que forman en total cuatro volúmenes de compacta composición: Sus postreros trabajos fueron Córdoba del Tucumán pre-hispana y proto- histórica (1932), Conquista espiritual del desierto (1934) e Introducción a la historia eclesiástica del Tucumán (1934) que debe considerarse su obra póstuma.
No ha habido en Córdoba quien lo aventajara en laboriosidad científica. La enfermedad que obscureció su inteligencia pocos meses antes de su deceso, lo sorprendió con la pluma en la mano rodeado de sus libros y de sus papeles entre los cuales consumió su vida.
 (Da nómina de sus otras obras. )
Extraído del Boletín de la Academia Nacional de Ciencias – Córdoba enero 1936


         
CONSIDERADO EL CONSTRUCTOR DE LA HISTORIA ARGENTINA..
( SE LO PODRÍA CONSIDERAR EL PRIMER ARCHIVISTA. MI OPINIÓN.)

OPINIONES



Fermín Chávez escribe: “Diré para terminar, que nuestra generación le debe a Pablo Cabrera un público reconocimiento por todo lo que nos regaló, pero más que nada por habernos ayudado a descubrir que la Argentina no nace o brota el 25 de Mayo, como quieren imponernos los manuales desde Grosso, hasta nuestros días. Él está vivo y sigue extendiendo su didáctica, bien acompañado por hermanos suyos que se llamaron Antonio Larrouy; Guillermo Furlong y Pedro Grenón, también maestros de este “saber particular”, o “Noticias de los singulares” que tanta falta hace a los argentinos de toda laya” Al comenzar Chávez escribe: “Monseñor Cabrera fue ante todo un hombre de fe y como tal, sus convicciones estuvieron avaladas por una incansable labor monumental que hoy adquiere dimensiones de epopeya”.  Tiempo Cultura Córdoba 

(...)  Parece que la Divina Providencia lo hubiera dotado de aficiones y de aptitudes desconocidas en nuestro ambiente, cual si plasmara y cincelara en él la personalidad de un nuevo descubridor, el Cristóbal Colón, permitidme la expresión, que tras el ensueño de un mundo desconocido y reputado por los demás una quimera, en la noche de la ignorancia y del olvido desde el castillo de su nave diera el grito de ¡tierra! ¡tierra!...
  Era la tierra heroica de nuestros padres que él descubriera y sacara de las sombras a la luz; la tierra legendaria de los Incas, conquistada con la sangre y las instituciones de un pueblo tan grande como la raza hispana y reconquistada de nuevo para la libertad y para el porvenir del mundo por la valentía y el heroísmo de sus hijos; era la tierra del Paraguay, del antiguo Tucumán y del Río de la Plata que el doctor Cabrera fue amojonando y delineando en sus escritos para trazarnos el itinerario de los bravos conquistadores y las huellas de los primeros misioneros; para señalarnos el lugar y la época del primer altar levantado por un fraile mercedario hace cuatro siglos en las selvas perfumadas de Jujuy; para seguirlo al franciscano Bolaños y a San Francisco Solano Nexus correrías de apóstoles por los ríos del Paraguay y a lo largo del antiguo Tucumán; para presenciar con don Jerónimo Luis de Cabrera en la margen derecha del Suquía la fundación de esta Córdoba de la nueva Andalucía y hacernos asistir después a todos al desenvolvimiento de su vida religiosa, política y cultural. Pudo así señalarnos el abolengo de sus pobladores y delinearnos el trazado de sus solares; contarnos las leyendas de sus hijos, las reyertas de sus cabildeos y los conflictos de sus gobernadores y de sus ilustres obispos; y destacarnos especialmente desde su origen toda la crónica y la tradición de gloria que significan la fundación y la historia cultural de ese foco de luz, alzado sobre las tinieblas de la barbarie y del coloniaje, que se llamó la Casa de Trejo. EL doctor Cabrera, su ilustre alumno y doctor Honoris Causa, el último clérigo de Córdoba que pasó  por sus aulas cerrando la serie de los ilustres graduados de su tiempo, se había como identificado con ella, y si en el campo de los archivos y de la crónica colonial nada le era desconocido, en los dominios de la historia universitaria de Córdoba que es como decir en el núcleo central de la colonia y de la historia patria, llegó a ser una verdadera autoridad reconocida más allá de los confines de la República por los más altos exponentes de la cultura americana.
  El arte indígena y el arte colonial fue una de las más caras predilecciones de su espíritu y cuando nadie tenía entre nosotros el menor aprecio por los tesoros y las reliquias que en iglesias, conventos y casas coloniales salvaran a la ola destructora del caudillaje o de la ignorancia, su exquisita curiosidad y su afán de coleccionista inteligente recogieron con amor como en un arca de Noé todos esos tesoros para salvarlos a la destrucción o a la codicia del extranjero y logró por fin despertar en este medio provinciano y especialmente en nuestro clero el aprecio ilustrado y la guardia fiel de esos tesoros del pasado y del arte.
Pero señores: yo no he venido a trazar su biografía ni a enumerar los méritos de este sacerdote ilustre ante la iglesia y la cultura nacional; es obra que no cabe en estos momentos y superior a mi admiración y a mi cariño por su personalidad digna del mejor elogio; yo tengo solamente el encaro de explicaros en este momento solemne donde no cabe la hipérbole ni el hallazgo, porqué el clero de Córdoba contrariamente a sus prácticas de mesura y de silencio, toma parte tan principal en este duelo y no ha podido callar en la despedida de este hermano nuestro. 
P. Juan Carlos Vallejo Ante su tumba

°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°







MONS.CABRERA ES EL HOMBRE  MEJOR DOCUMENTADO. NADIE COMO ÉL HA
PENETRADO EN LA VIDA COLONIAL DE CÓRDOBA, EN FORMA MÁS PROFUNDA
Y EXTENSA, NI CON CRITERIO MEJOR ILUSTRADO..."

N.B. Todas las copias en amarronado están extraídas del libro "Monseñor PABLO CABRERA-Su Personalidad.- Su Obra - Su Gloria" del Padre Guillermo Furlong, con prólogo de Enrique Martínez Paz. B.A.1945

AÑO 1958





COROLARIO: LIMPIAR LA PÁGINA DE LA IGLESIA EN EL PASADO REMOTO DE LA CONQUISTA. HE AHÍ SU MÁS CARO ANHELO Y SU SEÑERO DEFINITIVO, NO PRAGMÁTICO, PUESTO QUE  AUNQUE NO CONFESARA TAL PROYECTO, EL MISMO SALTA A LA VISTA EN TODA SU OBRA,