v ¿ UNA ERA MEJOR ?
Estamos
en el siglo XXI, han quedado atrás dos mil años de civilización cristiana. El
enemigo, con la complicidad de una inmensa mayoría de católicos “modernos”,
tiene la espada sobre el corazón y el pié sobre el pecho, a punto de dar la
estocada mortal a la Iglesia Católica Tradicional; pero no lo logrará.
Muchos de nosotros,
los más viejos y nuestros antepasados vivieron en una sociedad mejor, mucho
mejor que la de ahora. Con gobiernos militares o con gobiernos civiles, la
situación era otra. Quizás los más jóvenes no lo comprendan porque lo ocultaron
durante más de treinta años; los convencieron esa nueva clase “negligente” que
surgió como consecuencia del avance tecnológico en los medios de comunicación y
que se autotitula: Comunicadores
sociales.
Algunos lo hicieron con un veneno especial
para llegar a los menos entendidos: el populismo,
con una alta dosis de liberalismo, socialista o capitalista en sus ideas
torcidas; otros, los más, los idiotas útiles que se prestan a cualquier cosa,
por la novedad, o por las dudas, o porque no tienen la preparación adecuada
para desempeñarse en su función, usando la liviandad y falta de responsabilidad
en sus discursos permanentes y repetitivos, imitando a los políticos y
funcionarios de turno.
Así, lentamente, en una agonía
interminable, nuestro país fue muriendo y degradándose su cultura y sus
costumbres.
¿Existirá hoy alguna persona consciente y
honesta que lo niegue? Si existe, le
bastaría revisar año por año las crónicas de los diarios, o las grabaciones y
hasta las películas, para ver con toda claridad como gradualmente y con armas
cada vez más letales, la mentira en
primer término, y con una
intencionalidad evidente, actuaron: sobre la familia, ley de divorcio; la autoridad, destruyendo el orden establecido; la educación,
enseñanza gratuita y laica, planes
de alfabetización del adulto, que mejor podrían denominarse de ideologización del adulto, nivelación hacia los menos aptos, indisciplina, ilegítimas teorías de libertad a los niños; música importada, ahora se sabe
que las hay satánicas y subliminales que
actúan directamente sobre la mente inconsciente; lenguaje sucio, como una demostración de “atrevimiento” enfermizo; planes de ayuda social, o lo que es lo
mismo, pérdida de la dignidad del trabajo; y por qué no, lo más impensable y
preocupante de todo: la degradación de
la mujer, igualándola, no al hombre, como se pregona en favor de sus
derechos, sino a cualquier perrilla callejera que arrastra tras sus huellas
hormonales a innumerables candidatos exaltados.
Arrojándola, desnuda, a los circos romanos
contemporáneos para que la turba las devore: la televisión, espectáculos
públicos, playas y canchas de fútbol. ¿Cómo no observar entonces, las
abominables consecuencias que todo esto dejó al descubierto? ¿Somos ciegos? ¿O
no queremos ver? La lista de males, además de conocida es interminable: hijos sueltos, también como cachorros
mal alimentados, espiritual y físicamente, sin un padre responsable que los
oriente, los guíe y los eduque. La peor palabra que oyen en sus hogares
repetida muchas veces: “pareja”, y
también el único ejemplo. Explicaciones, seguramente las tienen a montones,
pero, ¿qué mente infantil entiende el dolor de la separación de su padre o su
madre, a quienes por ley natural ama por sobre todas las cosas?
Cuando esos niños inocentes comprenden finalmente, que solo el egoísmo de dos personas que no se avienen a vivir juntos, la mayoría de las veces por futilezas y nimiedades que reiteradamente encuentran cada vez que se vuelven a “juntar en pareja”, es la causa de su tristeza y soledad, se refugian en la otra gran adulteración que les ofrece esta sociedad actual: su entorno; los malos amigos, las malas lecturas, la delincuencia, el vicio, la droga, que ya pulula en los barrios, en las escuelas y en los lugares de diversión.
En ese “naturalismo” el “modernismo progresista” pretende escudarse y justificarse.
Cuando esos niños inocentes comprenden finalmente, que solo el egoísmo de dos personas que no se avienen a vivir juntos, la mayoría de las veces por futilezas y nimiedades que reiteradamente encuentran cada vez que se vuelven a “juntar en pareja”, es la causa de su tristeza y soledad, se refugian en la otra gran adulteración que les ofrece esta sociedad actual: su entorno; los malos amigos, las malas lecturas, la delincuencia, el vicio, la droga, que ya pulula en los barrios, en las escuelas y en los lugares de diversión.
En ese “naturalismo” el “modernismo progresista” pretende escudarse y justificarse.
Esa filosofía degradante que se ha expandido
por el mundo derivada de la teoría de la evolución de Darwin, y que fue
conformando la mentalidad moderna en los errores que conducen a la negación de
Dios, y que se inculca y enseña a los niños y adultos como indiscutible, cuando jamás fue probada ni
demostrada por filósofo o científico alguno.
Como decía un gran escritor católico,
Chesterton, “más que una teoría el evolucionismo es una
atmósfera en la cual vivimos y respiramos, que contamina toda nuestra
mentalidad, moderna y posmoderna, y que está en la raíz misma del proceso de
pérdida del sentido de lo sacro en el mundo contemporáneo.”
El Prof. Dr. R. Leguizamón, en su libro
“La Cosmovisión de los evolucionistas”, explica: “Si
bajo el disfraz de la ciencia se comienza a inculcar desde la más tierna edad
esta visión del mundo y del hombre, ayúdenme ustedes a pensar en cuales serían
los resultados. Esto no se enseña, se inculca como a una doctrina de tipo
religioso. De allí el “celo” de las autoridades educativas por implantar esta
basura en la currícula a todos los niveles, comenzando con la escuela primaria.
Esta estrategia viene desde los máximos niveles del poder mundial, en este
caso. La UNESCO, de la cual Julián Huxley fue su primer director general. Él
vio claramente que el medio más eficaz para difundir el ateísmo no era la
postura ingenua de la negación filosófica formal y explícita de Dios, sino la
mucho más redituable actitud de su supresión científica, tramposa e implícita,
que está en la raíz misma del darvinismo. ... con la visión animalizante
del ser humano y la negación del pecado original, tenemos motivos más que
suficientes para atribuir a esta aberrante “cosmovisión una gran parte de
responsabilidad en la catástrofe moral
e intelectual del mundo moderno.”
Muchos han llegado al extremo de
considerar la homosexualidad como un “necesario contribuyente” a la evolución.
Existe una cohorte de “modernos progresistas”, incluido católicos, que aceptan con la mayor naturalidad esta atroz regresión
a la bestialidad en que está inmersa la sociedad, y que se niegan a admitir por
orgullo o por estupidez.
Es imprescindible desenmascarar a los que
contribuyen a difundir estos errores tan lamentables, especialmente aquellos
con nombres “relustrados”, que se autodenominan católicos.
Que estudien las fuentes de su religión. Que se informen de las luchas con sacrificios de vidas, prestigios y bienes que la Iglesia Católica verdadera libró durante siglos. Que imiten a los santos católicos. Que por lo menos sepan porqué algunos pocos dieron la cara y se opusieron a la gran reforma que se originó en el Concilio Vaticano II. Que se enteren que en los seminarios progresistas no se enseña la misma teología de antes, y por lo mismo muchos nuevos sacerdotes, de buena fe, siguen caminos equivocados. Los mismos Papas que favorecieron el Concilio, se dieron cuenta a destiempo, tarde ya, de sus equivocaciones: El 30 de Junio de1968 al clausurar el Año de la Fe, S.S. Pablo VI hacía una profesión de fe católica ante todos los obispos presentes en Roma y ante centenares de miles de fieles. En su preámbulo el Papa ponía en guardia a todos contra los ataques dirigidos a la doctrina, pues, según decía, “ eso sería entonces engendrar, como desgraciadamente se ve hoy, turbación y perplejidad en muchas almas fieles.”. La misma palabra perplejidad se encuentra en una alocución de S.S. Juan Pablo II del 6 de Febrero de 1981: Los cristianos de hoy, en gran parte se sienten perdidos, confundidos, perplejos y hasta decepcionados.” (en el trascurso de sus respectivos "papados" demostraron repetir pensamientos ajenos que no compartían ni minimamente; miente, miente que algo queda-(este agregado es mío)
Que estudien las fuentes de su religión. Que se informen de las luchas con sacrificios de vidas, prestigios y bienes que la Iglesia Católica verdadera libró durante siglos. Que imiten a los santos católicos. Que por lo menos sepan porqué algunos pocos dieron la cara y se opusieron a la gran reforma que se originó en el Concilio Vaticano II. Que se enteren que en los seminarios progresistas no se enseña la misma teología de antes, y por lo mismo muchos nuevos sacerdotes, de buena fe, siguen caminos equivocados. Los mismos Papas que favorecieron el Concilio, se dieron cuenta a destiempo, tarde ya, de sus equivocaciones: El 30 de Junio de1968 al clausurar el Año de la Fe, S.S. Pablo VI hacía una profesión de fe católica ante todos los obispos presentes en Roma y ante centenares de miles de fieles. En su preámbulo el Papa ponía en guardia a todos contra los ataques dirigidos a la doctrina, pues, según decía, “ eso sería entonces engendrar, como desgraciadamente se ve hoy, turbación y perplejidad en muchas almas fieles.”. La misma palabra perplejidad se encuentra en una alocución de S.S. Juan Pablo II del 6 de Febrero de 1981: Los cristianos de hoy, en gran parte se sienten perdidos, confundidos, perplejos y hasta decepcionados.” (en el trascurso de sus respectivos "papados" demostraron repetir pensamientos ajenos que no compartían ni minimamente; miente, miente que algo queda-(este agregado es mío)
Esto escribía en su libro “Carta abierta a los Católicos
Perplejos”, (de ahí está copiado), el
ilustre obispo Mons. Marcel Lefebvre, quien por ser de los pocos que se
opusieron a las reformas del Concilio fue excomulgado por esa misma Jerarquía,
inválidamente por cierto, ya que no puede ser castigado alguien por seguir
actuando de acuerdo a lo que antes era normativo, y que supo demostrar con
lucidez y valentía el origen y la causa de los errores:
…..“Desde todas partes se han
difundido ideas que contradicen la verdad que fue revelada y que se enseñó
siempre. En los dominios del dogma y la moral se han divulgado verdaderas
herejías que suscitan dudas, confusión, rebelión. Hasta la misma liturgia fue
violada. Sumergidos en un “relativismo intelectual y moral, los cristianos se
ven tentados por una ilustración vagamente moralista,...”.
Los católicos, después de cuarenta años,
seguimos perplejos, pero sin querer
luchar en defensa de nuestra Fe, y la razón de ser de nuestra religión: nuestra
alma inmortal.
Roberto Oscar Robles, Noviembre de 2004
ºººººººººººººººººººººººº
II
HOMBRE+MUJER=MATRIMONIO + HIJOS=FAMILIA
FAMILIA=BASE SOCIEDAD
ABERRACIONES MODERNAS
Un matriarcado es una sociedad en la que la influencia predominante en el carácter colectivo del pueblo es la femenina, la idiosincrasia de la sociedad en su conjunto presenta más afinidad con la feminidad que con la masculinidad y todos los elementos sociales se dirigen a la mujer. En un matriarcado, las madres o las mujeres mayores son quienes encabezan las familias.
DE ESTA CITA PODEMOS DEDUCIR QUE ACTUALMENTE LOS QUE SE CREEN CATÓLICOS ESTÁN JUDAIZADOS PUES COMULGAN DE PIE.
LEÓN XIII CONFIRMA QUE EL VATICANO SE HA CONVERTIDO EN UN CONTUBERNIO ATEO.
ºººººººººººººººººººººººº
II
HOMBRE+MUJER=MATRIMONIO + HIJOS=FAMILIA
FAMILIA=BASE SOCIEDAD
ABERRACIONES MODERNAS
FALTA HIJOS SIN MADRES
Matriarcado
Contrariamente
a la vulgar creencia feminista,
un matriarcado no necesariamente es una sociedad regida por mujeres, pues esto
se denomina como 'ginarquía' o 'ginecocracia'.
EJEMPLO DE UNA VERDADERA MATRONA, A SEGUIR PARA CONSTITUIR UNA BUENA FAMILIA Y DESCENDIENTES APTOS PARA GOBERNAR UN PAÍS. ¿QUÉ PUEDE SURGIR DE ESTA ENJUNDIOSA, LIBRRTINA, INMORAL,xxxxxxLOCA ERA MODERNA DE LAS QUE QUIEREN CONSTITUIRSE EN MATRONAS?
¡LIBRANOS SEÑOR DE TAL CASTIGO!
Un matriarcado es una sociedad en la que la influencia predominante en el carácter colectivo del pueblo es la femenina, la idiosincrasia de la sociedad en su conjunto presenta más afinidad con la feminidad que con la masculinidad y todos los elementos sociales se dirigen a la mujer. En un matriarcado, las madres o las mujeres mayores son quienes encabezan las familias.
El uso del término
'matriarcado' no es incorrecto al referirse a sociedades matrilineales,
matrilocales y matrifocales, pues la matrilinealidad, la matrilocalidad y la
matrifocalidad son características del matriarcado. En general, cualquier
sistema no-patriarcal es matriarcal.
Etimológicamente, el
término matriarcado, proviene del latin mater, 'madre', y del
griego αρχειν (arjéin): 'gobierno', que literalmente significa "gobierno
de la madre". Es un concepto utilizado en las ciencias sociales,
particularmente en la antropología y
la sociología.
En el presente artículo
se analizará al matriarcado en su segunda acepción según la RAE [1].
Como ya se ha dicho más arriba, un matriarcado no implica necesariamente una
ginecocracia.
Los hijos de un matriarcado
Si actualmente la
sociedad Occidental vive en un matriarcado y no en un patriarcado, es
principalmente porque las familias tienden a estar encabezadas por madres
solteras, asumiendo ellas la autoridad política de la familia.
La ausencia del padre
de familia de su hogar ha traído como resultado niños creciendo con una madre
que funge como ambas figuras (paterna y materna), esto tiene como consecuencia
madres de familia que no tienen idea de cómo criar o qué enseñar a un hijo
varón. El resultado de estas familias cuasi-matriarcales bajo un entendimiento
femenino de la vida serán hombres sin rumbo, perdidos y psíquicamente
emasculados y tendrán problemas para relacionarse afectivamente con mujeres,
mientras que las mujeres tenderán a la promiscuidad y a los embarazos no
deseados.
Los hijos de una madre
soltera, con un padre ausente (o un padre sin carácter, o neutralizado de tal
forma que no le es permitido reprender a los hijos) tanto si son niños como si
son niñas, quedarán dañados, crecerán de una forma disfuncional y con
susceptibilidad a diversos trastornos psíquicos (como depresión, ansiedad o
trastorno bipolar). La madre puede enseñarles ciertas cosas y hará lo mejor que
puede con sus posibilidades pero nunca podrá aportarles la experiencia viril
que necesitan para funcionar exitosamente y sobrevivir en la hostilidad de la
sociedad y de la naturaleza.
La madre ama
profundamente a sus hijos y su papel es ver por su bienestar, para que nada les
falte y para reconfortarlos cuando lo necesiten, pero con ese mismo amor tiende
a ser indulgente, permisiva, sobreprotectora, no establece límites y con
frecuencia cede a los caprichos del niño tan sólo para pacificarlo.
En un matriarcado los
niños son excesivamente mimados y sobreprotegidos, hasta el punto de mermar su
iniciativa y su espíritu emprendedor. En nuestros días se tiende a no enseñar a
los niños el valor de la autonomía y la autosuficiencia, con lo que crecen
malcriados, sin saber lo que es la responsabilidad. A los niños se les
sobre-alimenta, o se les abriga en exceso, incluso cuando no hace frío en
absoluto. Las madres les reprimen cuando muestran iniciativa o independencia,
espíritu emprendedor, o cuando se arriesgan. Los hijos varones continúan
viviendo con su madre y dependiendo de ella, aún siendo adultos.
Es por ello que los
modelos "nuevos" de "familia no tradicional" promovidos
intensamente por el marxismo cultural, el feminismo y la ideología de género están condenados
al rotundo fracaso, puesto que ignoran por completo la evolución biológica humana y no
están acordes a la psicología de los humanos como los mamíferos y primates que son.
(RESALTADOS
ROJO Y NEGRO MÍOS)
Matrilinealidad y matrilocalidad
En las sociedades
matriarcales, el matrimonio es un fenómeno
inexistente, si acaso excepcional. En estas sociedades encontrar el amor no es
significativo, especialmente para las mujeres que afirman que no necesitan de los
hombres para su desarrollo personal como mujer y las relaciones se dan sin
ningún tipo de compromisos. No hay la menor intención de hacer coincidir en la
misma persona afecto, familia y hogar. El sexo y el amor no son conceptos que
se complementan en un todo, sino que son percibidos como cosas separadas. La
promiscuidad es regla general.
En un matriarcado no
existe el concepto de paternidad. No hay conocimiento sobre quién es el padre
de un individuo, que puede ser cualquier miembro varón de la familia. Los
nombres y apellidos son matronímicos, es decir aquellos que
provienen del nombre de la madre y el apellido y los bienes se transmiten por
vía materna (matrilinealidad). En la tradición judía, si bien existe el
concepto de "Patriarca", la condición de judío es matrilineal. Incluso en los
casos en los que hay matrimonio, el hombre a menudo toma el apellido de la
mujer y se muda a vivir a casa o la tribu de la mujer (matrilocalidad),
como sucedía antiguamente entre los vascones. En contraste con el patriarcado, el cual garantiza la
pureza de la sangre y la preservación de un pueblo, el matriarcado garantiza
su mestizaje y la degradación genética.
La
sociedad y la idiosincrasia
El Matriarcado se distingue por el hedonismo, el libertinaje, la promiscuidad, la concupiscencia,
la indulgencia, la narcosis, la pasividad, la pereza, la embriaguez, la
indisciplina y una recargada, opulenta y barroca sensualidad.
La risa floja de las mujeres corrompidas y
de los hombres afeminados, la indulgencia y los
miramientos, la mirada burlona, triste y vacía de los débiles, las toses de los
enfermos, el lloriqueo, las depresiones, los caprichos y berrinches de los
niños mimados, el lamento de los desconsolados, los quejidos, la aberración y
la neutralización de los instintos potentes y vitales, son rasgos
característicos del Matriarcado y de una sociedad despojada de orden y de la
influencia de hombres luchadores.
- El Matriarcado es enemigo de las jerarquías.
Todo tiende a difuminarse en la presencia del tótem colectivo y de la masa. Se
pierden los instintos de conservación de la raza. Se odia a muerte al nacionalista.
- La
influencia espiritual corresponde a las matriarcas. Las mujeres tienen una
desproporcionada influencia en la sociedad gracias a la sugestión sexual y al
acaparamiento de la educación de los hijos lejos de los padres.
-Se
otorga gran valor a las posesiones materiales y a las riquezas, por encima de
las cualidades individuales.
-El
tiempo libre está acaparado principalmente por danzas, comilonas, fiestas,
orgías, saltimbanquis y bailarines.
-Carácter
apático y pasivo. Pierden peso la Filosofía y la Ciencia. El arte se degenera. No aparecen tampoco grandes exploradores.
-Se
valoran los adornos corporales: maquillaje, vestidos, tintes, perforaciones...
Se tiende a la codicia, a la búsqueda del lujo y al materialismo en general.
-El
matriarcado mima a los débiles. Florecen las colectividades pacíficas y
débiles, demasiado arraigadas a su terruño e incapaces de conquistar, explorar,
ser pioneros o soportar el desarraigo y la soledad. El matriarcado arquetípico
es una sociedad timorata, dócil, humanitaria, antiheroica, pacifista y pusilánime. Se ensalza la paz y todos fornican con todos. "Haz el amor y no la guerra" es un
lema muy típicamente neo-matriarcal (hippie).
- Se
aprecia al hombre sin carácter, por su docilidad. El cobarde y débil es
protegido como uno más del grupo. Nadie tiene derecho a castigar ni a
recriminar, la autoridad se disuelve.
-Se
valora todo aquello que conserva la vida individual, sea cual sea, y lo que
tiende a hacer la existencia más llevadera a los débiles. Se extirpa la dureza
y todo se suaviza. Se tiene en mente como meta el gozo de una vida larga y
llena de placeres y comodidades. Todo está impregnado de "libre
albedrío".
- En el
matriarcado se tiende a disfrutar tranquilamente sin consecuencias ni
compromisos, y se atrapa el placer al vuelo tan pronto como se presenta, en una
mentalidad bastante pseudo-tropical. El "playboy", el
"dandy" y el gordo son productos típicos del Matriarcado, e
imposibles en una sociedad patriarcal de verdad. La búsqueda del placer fácil
marca el tempo de los pueblos matriarcales.
-Se
busca proteger y conservar toda vida, incluso si ello implica aislarla de lo
que es la crudeza del mundo real. Se buscan el bienestar, la seguridad y la
comodidad.
-Los
saludos son elaborados y con un toque promiscuo. Los modales son nerviosos, se
tiende a la indiscreción, al manoteo y a acercarse demasiado al interlocutor.
La voz se eleva en situaciones absurdas, pero se tiene miedo de gritar cuando
la situación lo requiere.
-Julius Evola escribe que el Matriarcado es portador de formas sociales igualitarias de carácter anarquista o comunista. --Las hormigas y las abejas viven en
matriarcados pseudo-comunistas, aunque en ellos sí existen castas. La "Madre Iglesia", con sus sacerdotes castrados
de virilidad y sexualidad, es otra figuración matriarcal.
- Se
obedecen reglas y preceptos de carácter dogmático y materialista. Tienen lugar
un pragmatismo y un utilitarismo excesivos.
Modernidad
En el siglo XX el feminismo se ha esforzado
en tergiversar tanto los conceptos de matriarcado y patriarcado y en demonizar la figura
masculina. Suele afirmar que el patriarcado ha "anulado" o
"suprimido" la otra mitad de la historia humana, la "historia de
la mujer": que ha "oprimido" y "limitado" a la mujer,
y que el patriarcado es culpable de todos los problemas del mundo y que la
única manera de solucionarlos, es abolirlo, lo que deviene en el
establecimiento de un matriarcado. La tergiversación más atroz es la que afirma
que el matriarcado es un
"equilibrio" entre lo masculino y lo
femenino, cuando históricamente siempre ha sido al contrario: el patriarcado
constituye el verdadero equilibrio, acorde con las leyes naturales y biológicas
del ser humano.
La cultura europea en
su totalidad ha sido eminentemente patriarcal, pero incluso en el
seno de Occidente es posible
observar el enfrentamiento entre la mentalidad patriarcal y la matriarcal,
expresada en las naciones poseídas por estos conceptos. Así, Francia, Italia y Canadá como naciones modernas representan
tradicionalmente una mentalidad suave y decadente tendiente al matriarcado,
mientras que Rusia, Alemania, Inglaterra y Estados Unidos representaron la
tendencia más patriarcal y agresiva. En el seno de la civilización
occidental se debaten los dos principios.
Actualmente, desde el marxismo cultural se ha tratado de
anular al patriarcado poco a poco en favor de un matriarcado.
Como signo del
"complejo de Edipo" que azota a nuestra civilización, tenemos las
pasiones y temores que suscita la palabra "fascismo" en el mundo
moderno. Lo que los comunistas, marxistas, progresistas, demócratas y demás ralea,
realmente odian y temen del "fascismo" es la severidad organizadora
de una sociedad patriarcal que coloque a cada uno en su sitio.
El actual aborto de
matriarcado está condenado a desaparecer en cuanto se desencadene el más mínimo
tumulto. Por un lado, ha producido una sociedad débil e incapaz de defenderse a
sí misma, y será arrollado por quienes no hayan caído en su lacra (por ejemplo,
el mundo islámico). Por otro lado, la
actual sociedad matriarcal está condenada a extinguirse por la simple razón de
que quienes la profesan no predican la necesidad de tener hijos, cayendo en la
más inmensa contradicción, pues una sociedad como la actual que cree estar
indiscutiblemente en posesión de la verdad absoluta, debería predicar la
descendencia con el fin de eternizarse y asegurarse un futuro a toda costa,
frente a las sociedades que piensan de modo distinto, que son la mayoría. Con
el tiempo, su utopía surrealista irá perdiendo posiciones en favor de la
despiadada dureza de los tiempos venideros y finalmente, será reemplazado por
una reacción patriarcal más amoldada a la realidad del mundo y del hombre, que
es la necesidad de tener una descendencia abundante y fuerte.
El despertar de
la raza blanca vendrá,
necesariamente, acompañado de una reelaboración del antiguo Patriarcado ario.
Teniendo en cuenta la decadencia pasada y la situación catastrófica en la que
la Raza Blanca se encuentra gracias a la bajeza moral y espiritual, la reacción
venidera deberá ser exactamente todo lo contrario.
(NEGRITA ES MÍA)
(NEGRITA ES MÍA)
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EJEMPLO DE UNA VERDADERA MATRONA, A SEGUIR PARA CONSTITUIR UNA BUENA FAMILIA Y DESCENDIENTES APTOS PARA GOBERNAR UN PAÍS.
Cornélia la africana, la matrona romana
NUEVATRIBUNA.ES19/06/16
CORNÉLIA LA AFRICANA
Nace en el año 189 a.
C. Sus padres son Publio Cornelio Escipión, el africano, famoso general
vencedor de la Batalla de Zama contra Anibal durante la segunda guerra púnica y
su madre Paula Emilia Tercia.
Las guerras púnicas
fueron un gran drama demográfico para Roma, pues supusieron la desaparición de
más del 6% de su población por la muerte en combates, la mayoría de este
descenso eran hombres.
Cornelia se casó
cuando tenía diecisiete años, en el año 172 a. C., poco después de la muerte de
su padre, con Tiberio Graco, que era un conocidísimo general romano, veinte
años mayor que ella. Su matrimonio fue muy feliz. Fruto de dicho matrimonio
fueron doce hijos. Solamente tres llegaron a la edad adulta, los hombres
Tiberio, Cayo y Sempronia.
Tiberio Graco
pertenecía a la gens Sempronia, que era la rama más rica de esta familia.
Cornelia se dedicó en cuerpo y alma al cuidado y educación de sus hijos, basado
en el respeto a las tradiciones familiares, pero también recogiendo las nuevas
tendencias que llegaban del mundo y cultura griega.
Cornélia y sus hijos, de Pierre Cavelier
Cornélia rechaza la corona de
Ptolomeo VIII,
Cuadro de Laurent de la Hyre.
Cornélia era una mujer
muy culta e inteligente, como destaca el escritor Plutarco que inculcó en sus
hijos el amor por el prójimo basado en las ideas humanísticas helenísticas que
defendían el apoyo a las clases populares. Destacaba su saber estar y su gran
hospitalidad y se supo rodear de un grupo de hombres cultos y literatos.
Plutarco cuenta la
historia de que dos pequeñas serpientes (macho y hembra) fueron halladas en el lecho
matrimonial de Tiberio y Cornelia.
Al consultar a los
augures, ellos dijeron que los dioses predecían la muerte de uno de los
cónyuges, y que una de las serpientes debía ser sacrificada. Por ello, si
mataban al macho, Tiberio moriría, y si mataban a la hembra, moriría su mujer.
Tiberio decidió matar
al macho, pues consideraba que la vida de su joven esposa era mucho más valiosa
que la suya. Así, Tiberio Sempronio Graco murió en el 150 a. C..
Cuando su marido
falleció, tuvo muchísimos pretendientes, pero era una mujer casta y virtuosa y
los rechazó a todos. Rechazó incluso el matrimonio con uno de los reyes más
importantes del Mediterráneo como era Ptolomeo VIII Evergetes, faraón de
Egipto.
Cornélia cuando
enviudó decidió pasar el resto de su vida al cuidado exclusivamente de sus
hijos vivos y al recuerdo de su único marido. Su hija Sempronia se casó con su
primo Publio Cornelio Escipión Emiliano.
Cornelia fue conocida
como la madre de los Graco: primero Tiberio Sempronio Graco y el segundo Cayo
Sempronio Graco
Los hermanos Graco
obtuvieron durante este periodo el cargo de tribuno de la plebe,
desde cuya magistratura pudieron elaborar y proponer una serie de leyes que
iban a favorecer a la plebe urbana, a los itálicos que no tenían la ciudadanía
romana y a los caballeros que era la denominada orden ecuestre. Es decir, los
hermanos Graco desarrollaron una política que intentaba beneficiar a las clases
pobres romanas.
Estas leyes iban en
detrimento de la clase aristocrática, denominados optimates que
significa "bueno entre los buenos" y constituían la
mayoría del Senado. Para hacer frente a esta política se organizaron dos
partidos con intereses económicos y políticos.
El partido de
los populares, que estaba encabezado por los hermanos Graco. Este partido
sabía cuáles eran los verdaderos problemas que soportaba la República,
planteándolos a través de los tribunos de la plebe y con el apoyo de los jefes
militares cuyos ejércitos se encontraban en la condición de ciudadanos pobres.
Recurrieron a la violencia en múltiples ocasiones como método de solución
política.
Las demandas que
plantea el partido de los populares eran:
- Asentamiento de los
soldados licenciados, en las colonias.
- Concesión de la
ciudadanía romana a latinos e itálicos.
- Distribución de
tierras a los soldados licenciados.
- Derecho de los
caballeros a formar parte de los tribunales que juzgaban los delitos o abusos
de los magistrados romanos contra los habitantes de las provincias.
- El partido de los
optimates estaba formado por la clase aristocrática o ciudadanos de los
primeros órdenes. Tenían grandes intereses que defender, tanto políticos como
económicos.
- Los optimates reaccionaron
violentamente ante las nuevas leyes presentadas por los populares a
través de los hermanos Graco. A partir del año 121 a.C., se producen múltiples
revueltas y enfrentamientos entre los dos partidos.
Tiberio Sempronio
Graco propone la ley Rogatio Sempronia, en el año 133 a. C. Fue una
ley que plantea una profunda reforma agraria. La ley de reparto de tierras o
ley Sempronia estuvo bastante tiempo en vigor y permitió que la pequeña
propiedad campesina se recuperara y aumentara la población capaz de servir en
el Ejército. Uno de los puntos de esta ley estaba referido al ager
publicus.
Cornèlia y sus hijos
pintura de Joseph Benoît Suvée
Para desarrollar la
nueva ley, se constituyó un colegio de triunviros, elegido por el pueblo. Se
encargaría de repartir los lotes de tierras y de recuperar las propiedades
privadas adquiridas ilegalmente.
Los latifundios serían
devueltos al Estado, convirtiéndose después en propiedades privadas. Sus nuevos
dueños tendrían la obligación de emplear en ellas a hombres libres. El Estado
pagaría el mismo precio que las arrendó, más un aumento en caso de que hubiese
mejoras.
Las parcelas devueltas
al Estado, se distribuirían entre los campesinos más pobres y necesitados, en
parcelas de 5 o 6 hectáreas cada una, con la condición de no poderlas vender y
de pagar un pequeño impuesto por ellas.
Por dicha ley ningún
ciudadano podría poseer más de 124 hectáreas de agro público. Sin embargo, si
tenía dos o más hijos, se podía llegar hasta las 250 hectáreas.
La reforma incluía que
los ítalos pudieran tener el derecho de ciudadanía aspecto este muy importante,
pues reportaba una serie de derechos y ventajas. Incluía una serie de cambios
que permitía al grupo social de los caballeros tener acceso a
los tribunales.
Tiberio Sempronio
Graco murió asesinado a golpes el día que se presentaba a un nuevo mandato. Un
grupo de exaltados senadores y hombres armados, encabezados por Escipión
Nasica, masacró entre 200 y 300 seguidores de los Graco con mazas y estacas, en
el espacio abierto entre los templos del Capitolio. Tiberio murió de un mazazo
en la nuca. Su cuerpo fue arrojado al Tíber, negándosele toda sepultura
Cayo Sempronio Graco
es hermano menor de Tiberio Sempronio Graco. En el año 123 a. C., fue elegido
también tribuno de la plebe. Cayo llevó adelante y con buena mano la aplicación
de las leyes, que su hermano había propuesto. Volvió a lanzar la reforma
agraria introduciendo pequeñas reformas. Éstas son las reformas que plantea
Cayo.
Se paran las
restituciones del ager publicus y se verifica un nuevo reparto
de tierras. Se crean nuevas colonias en Italia y en Cartago. Estas nuevas
colonias nunca fueron entendidas y aceptadas por la clase senatorial, puesto
que nunca antes Roma había fundado colonias fuera del territorio itálico. La
colonia de Cartago se creó mediante la ley Rubria. Siendo ésta
abolida en el año 121 a. C., creando así una situación difícil y
confusa para los colonos. Posteriormente fue Julio César quien retomaría la
colonización.
Prometió a los
soldados que su equipamiento militar sería asumido por el Estado. Anteriormente
los soldados se debían pagar sus pertrechos e incluso aportar las armas. Cayo
Sempronio Graco aprobó leyes para mejorar el servicio militar y construyó
nuevas carreteras para favorecer la marcha de los soldados en campaña.
Puso en marcha una
nueva ley, la Ley Annona. Este sistema era muy conocido en el mundo
griego pero era una novedad en Roma. Esta ley fija un precio para el trigo,
estableciendo una cantidad de trigo por mes (43,5 litros) y se subvencionaba el
trigo para los ciudadanos romanos más pobres. La ley fue una medida muy acertada,
lo que permitía llevar una vida más digna a las clases pobres. Esta ley fue
posteriormente seguida por el general Cayo Mario con gran éxito, lo mismo
que el propio Julio César.
Abolió la ley
Calpurnia del 149 a. C., rompiendo el monopolio del Senado
en los asuntos de los tribunales. Introdujo la paridad de éstos con los
caballeros, lo que levantó fuertes protestas entre la aristocracia romana.
Cayo cometió el error
de querer perpetuarse en el poder como tribuno de la plebe. Esto hace que el
Senado se ponga en su contra. El Senado actuó con la estrategia de aconsejar al
otro tribuno de la plebe Livio Druso que se opusiera, otorgando en caso de gran
peligro, el Senado daba plenos poderes a los cónsules.
El Senado romano
autorizó al cónsul Lucio Opimio para que tomase medidas ya fueran
dentro o fuera de la ley, para terminar con la política seguida por Cayo
Sempronio Graco.
Debido a esta decisión
del Senado, muchos de los seguidores de Cayo fueron asesinados, calculándose
que fueron más de tres mil de sus partidarios los asesinados. El mismo Cayo se
suicidó o mandó a uno de sus esclavos que le diera muerte en el bosque Furrina,
en las laderas del monte Janículo de Roma.
Tales hechos se
consideran muy graves en la historia de Roma. Según la tradición y la ley
romana, se cometía sacrilegio cuando se tocaba a un tribuno de la plebe y se
prohibía dar muerte a cualquier ciudadano romano antes de que éste pudiera
recurrir al pueblo.
Esto es un ejemplo muy
claro, de cómo el poder debe ser detentado siempre por las clases privilegiadas
y éstas llevan mal cualquier otra alternativa política diferente.
Tras la muerte de Cayo
Graco, se prohibió a los parientes del tribuno llevar luto. Al conocer la
prohibición, Cornelia compareció ante las puertas del Senado, vestida de
riguroso luto y con un platillo en la mano, como suplicante, para reclamar el
cadáver de su hijo Cayo y, así, poder sepultarlo.
Cornelia vistió
riguroso luto desde ese momento hasta su muerte. Se dice que, tras el asesinato
de Cayo, Cornelia envenenó a su sobrino, Escipión Emiliano, responsable directo
de la muerte de su primo Cayo.
El programa de nuevas
leyes de los hermanos Graco era en sí mismo bueno para Roma y para su evolución
en la historia. Fracasó debido a la reacción aristocrática que actuó con
brutalidad al ver sus privilegios amenazados.
Cornélia fue conocida
como la “madre de los gracos” sobre todo durante las revueltas que
provocaron las reformas que sus hijos quisieron llevar a cabo en el senado
romano.
Durante los años de
lucha de sus hijos, Cornília defendió como una leona su causa y trabajó para
ganarse partidarios.
PEDESTAL DE LA ESTATUA DE CORNELIA
Era práctica habitual que las patricias hicieran ostentación de sus joyas, mientras que Cornélia no lo hacía. Ella mostraba a sus hijos como sus auténticas joyas y decía “ He aquí mis joyas”.
Era práctica habitual que las patricias hicieran ostentación de sus joyas, mientras que Cornélia no lo hacía. Ella mostraba a sus hijos como sus auténticas joyas y decía “ He aquí mis joyas”.
Tras la muerte de la
mayor parte de los miembros de su familia, Cornelia decidió retirarse a vivir a
una villa de Miseno, alejada de Roma. Se dedicó al estudio del griego, el latín
y la filosofía. Fue convertida en el símbolo de la matrona romana, esposa y
madre ejemplar Cornélia recibía con gran hospitalidad a hombres cultos y
mujeres que admiraron su valor.
La pérdida de sus
últimos dos hijos no cambió en absoluto a Cornelia. Ella formó una corte de
intelectuales y artistas. Plutarco cuenta que era capaz de narrar con toda
tranquilidad las hazañas de su padre y de sus hijos, sin llorar por ellos, como
si estuviera hablando de héroes mitológicos. Allí murió pacíficamente en el 100
a. C.
Para honrarla, el
Senado le levantó una estatua en el Foro Romano, un honor inédito para una
mujer romana en el período republicano (más adelante, bajo el Imperio, fue
común que las mujeres de los emperadores recibieran ese honor). Era la primera
vez que se daba ese privilegio a una mujer. En el epígrafe de la base se puede
leer: “Cornelia, hija del Africano y madre de los Gracos”.
Cornélia es una de las
cuatro mujeres romanas cuyos escritos han sobrevivido hasta nuestros
días. Hay dos fragmentos de una carta escrita por ella a su hijo Cayo
Graco. Sin embargo algunos autores no aceptan su autenticidad.
En esta carta se
documenta cómo las mujeres romanas ejercían una influencia considerable en la
política familiar. Los fragmentos se conservan en los manuscritos de Cornelio
Nepote, el primer biógrafo latino (Ca. 110-24 a. C.)
(...)
DE ESTA CITA PODEMOS DEDUCIR QUE ACTUALMENTE LOS QUE SE CREEN CATÓLICOS ESTÁN JUDAIZADOS PUES COMULGAN DE PIE.
LEÓN XIII CONFIRMA QUE EL VATICANO SE HA CONVERTIDO EN UN CONTUBERNIO ATEO.